- HISTORIA DE LOS DERECHOS DE LA MUJER A LO LARGO DE LA HISTORIA.
Aunque se ha afirmado la existencia en el pasado de sociedades matriarcales, en las que las mujeres habrían gozado de un protagonismo social y familiar mayor al de los hombres, sin estar sometidas a su autoridad, lo cierto es que su existencia no se ha podido demostrar. Lo que sí han existido en distintas épocas históricas han sido sociedades matrilineales, es decir, sociedades en las que la descendencia se establece a partir de la línea materna en lugar de la paterna. Pero incluso en estos casos, al parecer, el modelo matrilineal ha coexistido con distintas modalidades de patriarcado, en la medida que los hombres han retenido las más importantes y determinantes esferas de poder.
Las mayores o menores libertades y derechos que gozaban las mujeres en las distintas civilizaciones de la antigüedad estaban siempre supeditadas a la autoridad del hombre, ya fuera el marido, el padre o incluso el hermano. La situación social y familiar de la mujer se basaba en dos premisas, la fidelidad al esposo y una fecunda descendencia: una mujer estéril era despreciada y podía ser repudiada por el marido, mientras que una mujer infiel solía ser condenada a muerte. Por ejemplo, en la Biblia, que en muchos aspectos refleja también las costumbres de las otras culturas de aquella época y zona geográfica, se menciona la lapidación para la mujer adúltera. En cambio, el adulterio del varón sólo se penalizaba cuando se cometía con una mujer casada, y en este caso no se castigaba el adulterio en sí, sino la violación del derecho de posesión y exclusividad del marido: la mujer era considerada "una propiedad" del marido; concepción característica de aquellas sociedades y que más tarde alcanzará su concreción jurídica en la figura romana de la "patria potestas", ejercida por el "pater familias".
- LA MUJER EN LA ANTIGÜEDAD DE GRECIA Y ROMA.
La Historia de Roma se inicia para la mujer bajo la concepción arcaica dominante en aquellos tiempos, negándosele cualquier autonomía, estando sometida por completo al pater familias; la Ley de las Doce Tablas (450 aC) vigente durante siglos reconocía al pater familias la "vitae necisque potestas" (el poder de la vida y de la muerte, sobre sus hijos, su esposa, y sus esclavos). Lentamente, la situación de la mujer en Roma ira evolucionando, arañando esferas de autonomía y libertad, alcanzando, durante los primeros siglos de la nueva era, unas prerrogativas desconocidas hasta entonces.
- LA MUJER EN LA ETAPA MEDIEVAL.
- LA MUJER EN EL RENACIMIENTO:
Los moralistas del XVI esbozaron su versión de la mujer ideal, un icono dominado por la encarnación de la Virgen María, cuya semblanza sobre todo encarnaba la pureza, la honestidad y la buena voluntad. En parte, los moralistas se apropiaron de las descripciones misóginas basadas en la "Instrucción de la mujer christiana", escrita por el pedagogo valenciano Luis Vives en 1523.
Vives identificaba "la virginidad, la belleza, la abstinencia y los deberes matrimoniales" como los pináculos de las virtudes de la mujer. Prescribía todo un programa de comportamiento adecuado y forma de vestir para las jóvenes damas, las vírgenes, las adolescentes, las casadas y, finalmente las viudas. Los moralistas de principios de la edad moderna etiquetaron la transgresión de estos rígidos papeles como un mal contra las instituciones de la familia, de otros grupos sociales e incluso del catolicismo. Las sanciones impuestas a las transgresoras variaban: desde las admoniciones, castigos corporales y penitencias hasta la generación de sentimientos de culpa para cada grupo según su edad.
Durante los inicios de la edad moderna, un hombre tenía diversos papeles ocupaciones: príncipe, militar, artesano, humanista, mercader o clérigo. Las mujeres tenían menos opciones que ejercer, puesto que Vives y otros moralistas las continuaron relegando a los papeles de "madres, hijas, viudas, vírgenes o prostitutas, santas o brujas". Estas identidades, derivaban únicamente de su estatus sexual y, en muchos casos, inhibieron a muchas mujeres en su asunción de otras identidades deseadas.
- Los derechos humanos y la mujer:
Se dice, asimismo:”cualquier persona puede prevalerse de todos los derechos y libertades proclamados en la presente Declaración sin distinción de sexo.
Estas afirmaciones constituyen el eje jurídico y ético de la lucha por el reconocimiento efectivo de los derechos de la mujer en cualquier parte del mundo, sea cual sea su condición social, su origen, su lengua o su religión. Lo que establecen los Derechos Humanos es que ninguna mujer, por el hecho de serlo, puede ser privada de sus derechos, ni discriminada respecto el varón. Esta plena igualdad de derechos con los varones ha sido una conquista del movimiento feminista y de toda la humanidad y ha tardado siglos en reconocerse jurídicamente.
La igualdad jurídica:
Los varones y las mujeres tiene los mismos derechos en todos los ámbitos: el lo familiar, en lo laboral, en lo social y en lo político. Las mujeres son, en el mismo grado que los varones, sujetos de derechos inviolables y inalienables. Esta igualda jurídica no invalida ni anula la diversidad derivada de las diferencias biológicas no se trata de eliminar esas diferencias naturales creando artificialmente problemas de desindentificación con la propia condición sexual. Lo importante es no aceptar discriminaciones legales ni culturales por razón de sexo y respetar la diversidad de respuestas biológicas y culturales en varones y en mujeres.
El derecho a la diferencia.
Las mujeres son deferentes a los varones biológica y psicosexualmente pero las diferencias no indican ni superioridad ni inferioridad.
Apoyándonos en los derechos humanos podemos decir y exigir que las mujeres tienen derecho a identificarse con su propia condición biológica y sexual y a no sufrir procesos de desidetificación con su propia sexualidad.
En el proceso de identidad y sobretodo de identificación psicosexual y sociosexual, tiene mucha la educación de los niños y de las niñas que hasta ahora ha sido marcadamente sexista y que aún no ha conseguido los niveles de coeducación. Durante siglos los roleos o papeles socioculturales han
Sido: los varones para ser padre de familia y trabajar fuera de casa y las mujeres para ser madres de familia y trabajar en casa. A la mujer se la asignaba la reproducción y la crianza de los hijos y al varón de le encomendaba la producción económica y las funciones sociales y económicas.
La identidad femenina es diferente a la masculina y el derecho a la diferencia es exigible y deseable para los varones y las mujeres. Lo que se impone es distinguir bien entre identidad, diferencia y discriminación sexual.
La alternativa feminista.
El feminismo es un movimiento ideológico y cultural que se basa en la reivindicación de un mundo mejor para las mujeres en el que ellas deben emanciparse del androcentrismo que domina todavía en el campo político, económico y cultural. El feminismo es además una alternativa global al modelo social y económico del capitalismo actual.
Es un proyecto ético que defiende las siguientes tesis fundamentales.
a) U na crítica rigurosa de los valores dominantes en la sociedad actual que ha sido creada a imagen y semejanza de los valores en muchos aspectos. Ejm: el feminismo critica la competitividad feroz y el éxito económico como valores únicos en el mundo laboral; tambien critica el egoísmo en las relaciones sexuales y humanas en general; así mismo denuncia la ausencia total de compasión y ternura ante los problemas que se producen cotidianamente en las relaciones económicas y políticas internacionales; está en contra de los ejércitos, de militarismo y de la guerra que causa muertes y sufrimientos enormes en muchas mujeres de todo el mundo.
b) Una nueva tabla de valores para una nueva humanidad, en la que deben incluirse valores propios, aunque no exclusivos.
Estos valores que ayudarían a identificar una nueva estructura económica, sociales y culturales serían:
● La cooperación, el amor, la amistad, la sensibilidad estética, el gusto por la belleza y las manifestaciones artísticas en general.
●La revalorización del trabajo doméstico de la mujer
mediante medidas legales que dignifiquen económica y socialmente a la mujer y la equiparen legalmente al varón con medidas jurídicas adecuadas para poder atender a los hijos en caso de necesidad.
●La defensa legal y cultural de su dignidad de persona en todos los ámbitos que ayuden a disminuir el sexismo agresivo hacia la mujer que todavía domina en muchas sociedades occidentales.
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